Viajemos en el tiempo a cuando éramos adolescentes y empezábamos a portarnos mal y hacíamos travesuras para pasarla bien.
Te acuerdas de esa época en la que no tenías dinero para comprar licor o cigarrillos y tenías que inventarte algún negocio para lograrlo. Pues unos jovencitos se creyeron muy emprendedores y terminaron en la cárcel por meterse en malos pasos para conseguir dinero para el chupe.