Cuando éramos niños vivíamos tantas cosas felices que no nos dábamos cuenta del tesoro que estábamos viviendo.
Hoy en día los adultos se quejan de la vida infeliz que tienen, los traumas que enfrentan a diario y las frustraciones por no poder alcanzar lo que algún día soñaron.
Por eso recordamos todas esas cosas del pasado que nos hacían felices y no sabíamos que iba a durar tan poco.