Cundo eres joven te crees que rey del mundo y que puedes hacer cuanta cosa se convierta en un reto... pero cuando cumples cierta edad, te das cuenta que tu mente y tu cuerpo no responden igual.
Ser viejo no tiene nada de malo, además de los dolores de espalda, rodilla, la tensión, el corazón, y todos los males que año tras año vas acumulando.