Muchos nos hemos emborrachado hasta perder el conocimiento y la memoria, y al otro día hemos tenido una cruda tan brava que hasta ganas de morir nos han dado.
Quién no se haya emborrachado y al otro día casi muerto de la cruda, es porque no ha tenido una buena vida... o al menos divertida.
Pero si eres de los que vive más crudo que borracho, te diremos unos tis para que no te mate la resaca y puedas seguir pisteando.