Ir de fiesta es una de las cosas más deliciosas del mundo, pero hay gente que no puede vivir sin salir a divertirse, mientras que hay otros que prefieren no salir.
¡Vaya problemón! Una pareja está que se divorcia porque mientras uno sale a trabajar ya a traer dinero para la casa, la otra sale de fiesta en fiesta y nunca está en la casa porque "necesita salir a divertirse".
Eso le pasa a mucha gente cuando se casa con gente fiestera y/o muy trabajadora -si lo vemos desde el otro lado-.