Los sacerdotes tienen mala fama de ser amargados, agrios y bien enojones cuando están en plena misa. Escucha lo que le pasó a una pobre mujer por culpa del curita de la iglesia.
Si hay algo que moleste a un sacerdote, es que lo interrumpan en la mitad de su sermón de la misa. Pero lo que hizo este curita realmente es sorprendente y la víctima es una pobre mujer.