Todos piensan que los instructores de gimnasio se ponen bien grandotes y musculosos para buscar morra, pero en realidad su vida es mucho más complicada.
Todos los instructores de gimnasio son iguales: grandotes, usan la misma ropa, se ven todos sudados y aceitosos y en el gimnasio están rodeados de mujeres que los tocan por todas partes. ¡Pobrecitos! Descubre por qué son así y que le ven las mujeres a este tipo de hombres.