Muchos adultos se convirtieron en adictos a los videojuegos y sus parejas viven una verdadera pesadilla.
Jugarte un partido del FIFA o encontrarte con tus compas en el Call of Dutty o pasar horas frente a tu videojuego favorito es algo que solo un gamer puede disfrutar al 100%, a menos que tengas una pareja que no quiera verte feliz y te interrumpa el juego cuantas veces sea posible.