Cuando uno es infiel lo lleva en la sangre y no desperdicia oportunidad ni lugar para ligar. Escucha historias que terminaron muy bien y otras demasiado mal de gente que se metió con personas comprometidas.
Al infiel le vale madre acabar con un matrimonio, sea propio o ajeno. Lo único que le importa es sentirse querido y como todo un campeón cuando se levanta a la casada y comprometida del grupo.