Las reglas en el trabajo se hicieron para cumplirlas y no para hacerse el listo. Por eso terminan llorando cuando se quedan sin chamba.
Las nuevas generaciones de trabajadores no tienen sentido de pertenencia con nada, mucho menos con los trabajos. Escucha lo que le pasó a un grupo de mujeres que creyeron que ir a trabajar era ir a divertirse y a robarle tiempo al jefe.