Los mecánicos tienen la fea costumbre de cobrar según el paciente, por eso las mujeres siempre terminan pagando de más por reparaciones que el carro no necesita.
No es que los hombres seamos expertos en mecánica, pero es que hay mujeres que no saben ni cambiar una llanta y eso lo aprovechan los mecánicos para cobrarle una fortuna por un arreglo sencillo o por daños que no tiene.