Mucha gente disfruta del Halloween como si fuera niño, pero cuando son adultos y se disfrazan terminan haciendo el ridículo.
Hay dos tipos de personas en este mundo, los que se disfrazan en Halloween y los que no. A unos les vale gorro todo, pero otros gastan tiempo y dinero en su disfraz, pero a veces terminan haciendo un ridículo monumental.