Hay ocasiones en que la necesidad tiene cara de perro y nos toca pedir dinero prestado para cubrirla, pero muchas veces la gente lo usa para su disfrute.
Hay gente bien abusiva, malagradecida y con una ambición tan grande que es capaz de inventarse tragedias familiares con tal de pedir dinero y gastárselo en cosas que no necesita.