En este país no solo hay nietos que le vuelan la pensión a sus abuelitas para irse de peda… también hay un sistema pensional tan gacho, que obliga a los adultos mayores a formarse en el banco aunque estén en su lecho de muerte. Hoy no solo hablamos del vato descarado que se clava la lana de una doñita de 96 años —sí, para las chelas y el desmadre—, sino de esos miles de viejitos que, enfermos, solos y cansados, tienen que salir a cobrar su dinerito como puedan, porque el gobierno no les pone ni una sombrita ni una silla. ¿Dónde está la dignidad para quienes ya lo dieron todo? ¿Y por qué hay nietos con la mano bien metida en la bolsa? Hoy, sacamos la basura… y no vamos a usar guantes.
En este país no solo hay nietos que le vuelan la pensión a sus abuelitas para irse de peda… también hay un sistema pensional tan gacho, que obliga a los adultos mayores a formarse en el banco aunque estén en su lecho de muerte. Hoy no solo hablamos del vato descarado que se clava la lana de una doñita de 96 años —sí, para las chelas y el desmadre—, sino de esos miles de viejitos que, enfermos, solos y cansados, tienen que salir a cobrar su dinerito como puedan, porque el gobierno no les pone ni una sombrita ni una silla. ¿Dónde está la dignidad para quienes ya lo dieron todo? ¿Y por qué hay nietos con la mano bien metida en la bolsa? Hoy, sacamos la basura… y no vamos a usar guantes.