Muchos hombres futboleros desearían jugar fútbol toda su vida, pero la maldita rodilla, los kilos de más y la fatiga hacen que lo piensen dos veces antes de seguir.
Jugar al fútbol es una de las sensaciones de libertad más grandes que tiene un ser humano, pero no todo dura para siempre y alguna lesión, tu peso o que ya no puedes correr ni 5 metros hacen que te retires.
Pero lo mejor que puedes hacer es no retirarte, sino que el fútbol se aleje de ti... como tu amor eterno que ya no quiere nada contigo.