La mayoría de abuelitos inspiran ternura y compasión, por eso muchos desgraciados se aprovechan de su condición de ancianos para hacer fechorías.
Cuando vemos a un viejito con cara tierna e inocente, nos despierta ternura, compasión e incluso amor. Sin embargo, hay unos viejos desgraciados que se aprovechan de esa situación y cuando te descuidas, te roban todo lo que traes, hasta la sonrisa.