Hispano que se respete tiene el armario y los cajones llenos de viejeras y se niega rotundamente a salir de ellos.
Todos tenemos cosas viejas en nuestras casas que nos negamos a salir de ellas. No importa si están dañadas, no importa si hace años no las usamos y tampoco si no sabemos para qué sirven ni dónde las guardamos ¡Las viejeras son sagradas y no se tocan!